Hipertensión Arterial

Descripción general La presión arterial está determinada por la cantidad de sangre que tu corazón bombea, como por el grado de resistencia al flujo de la sangre en tus arterias. Cuanta más sangre tu corazón bombee y cuanto más estrechas estén tus arterias, mayor será tu presión arterial. Una presión arterial normal es cuando la presión arterial es menor a 120/80 mm Hg. Una presión arterial alta (hipertensión) es caracterizado por la elevación persistente de las cifras de presión arterial, y uno o ambos números de la presión arterial son mayores de 140/90 mm Hg. La hipertensión arterial sistémica esencial primaria es un síndrome de etiología múltiple. Se puede tener presión arterial alta (hipertensión) durante años sin tener ningún síntoma. Aun sin síntomas, el daño a los vasos sanguíneos y a tu corazón se sigue produciendo y puede detectarse. La presión arterial alta no controlada aumenta tu riesgo de graves problemas de salud, estas incluyen enfermedades del corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos o muerte prematura. Cuando debes consultar con un médico. Probablemente te tomen la presión como parte de tu consulta médica de rutina. Pídele al médico que te mida la presión arterial por lo menos cada dos meses a partir de los 18 años. Si tienes 40 años o más, o si tienes entre 18 y 39 años y presentas un riesgo elevado de presión arterial alta, pídele al médico que te mida la presión arterial todos los meses. Es importante usar un brazalete del tamaño adecuado para tomarte la presión. Tu médico probablemente recomiende tomarte la presión con más frecuencia si ya te han diagnosticado presión arterial alta o si tienes otros factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. La precisión de los equipos para medir la presión arterial depende de varios factores, como el tamaño adecuado del brazalete y el uso correcto de los equipos para tomar la presión. Por medio del modelo SCORE (Sistematic, Coronary, Risk, Evaluation), por sus siglas en inglés, puede establecerse el riesgo de fallecer asociado a enfermedad cardiovascular; el puntaje de este modelo se estima con base en la edad, sexo, hábito tabáquico, colesterol total y presión sistólica del paciente. El modelo de SCORE se aplica en pacientes con Hipertensión Arterial Sistémica asintomáticos, sin enfermedad cardiovascular, renal o diabetes mellitus. Integrar el diagnóstico de Hipertensión Arterial Sistémica desde la primera consulta médica en todo paciente diabético o datos de insuficiencia renal de moderada a grave es de suma importancia. Síntomas La mayoría de las personas con presión arterial alta, inicialmente pueden ser asintomáticos, posteriormente pueden tener dolor de cabeza, dificultad para respirar o sangrado nasal, pero estos signos y síntomas no son específicos y, por lo general, no se presentan hasta que dicho trastorno alcanza una etapa potencialmente importante, grave e incluso fatal. Causas Existen dos tipos de presión arterial alta. 1) Hipertensión primaria (esencial) La mayoría de las veces no se identifica ninguna causa de presión arterial alta. Esto se denomina hipertensión esencial. Este tipo de presión arterial alta, suele desarrollarse gradualmente en el transcurso de los años. 2) Hipertensión secundaria La hipertensión causada por otra afección o por un medicamento que esté tomando se denomina hipertensión secundaria. Esta puede deberse a: Apnea obstructiva del sueño. Tumores de la glándula suprarrenal. Problemas de tiroides. Embarazo o preeclampsia. Ciertos defectos de nacimiento (congénitos) en los vasos sanguíneos. Medicamentos como las píldoras anticonceptivas, pastillas para adelgazar, algunos medicamentos para el resfriado, medicamentos para la migraña, corticosteroides, algunos antipsicóticos y ciertos medicamentos utilizados para tratar el cáncer. Estrechamiento de la arteria que irriga sangre al riñón (estenosis de la arteria renal). Problemas renales. Drogas como la cocaína y las anfetaminas. Factores de riesgo La presión arterial alta presenta muchos factores de riesgo, incluidos los siguientes: La edad. El riesgo de presión arterial alta aumenta con la edad. Hasta aproximadamente los 64 años, la presión arterial alta es más común en los hombres. Las mujeres son más propensas a desarrollar presión arterial alta después de los 65 años. Raza. La presión arterial alta es particularmente común entre las personas con ascendencia africana, la cual se desarrolla, a menudo, a una edad más temprana que en los blancos. Las complicaciones graves, como el accidente cerebrovascular, el ataque cardíaco y la insuficiencia renal, también son más comunes en personas con ascendencia africana. Antecedentes familiares. La presión arterial alta tiene probablemente un posible componente hereditario. Tener sobrepeso u obesidad. Cuando tienes sobrepeso, más sangre necesitas para suministrar oxígeno y nutrientes a tus tejidos. A medida que aumenta el volumen de sangre que circula a través de los vasos sanguíneos, también lo hace la presión sobre las paredes arteriales. Existe una asociación entre la hipertensión arterial y el excedente de peso. Se recomienda aconsejar a las personas mantener un índice de masa corporal entre 18.5 y 24.9 kg/m2, para prevenir el riesgo de hipertensión arterial sistémica. No hacer actividad física. Las personas inactivas tienden a tener una mayor frecuencia cardíaca. Cuanto más alto sea tu ritmo cardíaco, más esfuerzo debe hacer el corazón con cada contracción y más fuerte es la fuerza que se ejerce sobre las arterias. La falta de actividad física también aumenta el riesgo de sobrepeso. Demasiada sal (sodio) en la dieta. Demasiado sodio en tu dieta puede hacer que el cuerpo retenga líquidos, lo cual aumenta la presión arterial. Muy poco potasio en la dieta. El potasio ayuda a equilibrar la cantidad de sodio en las células. Si no incluyes suficiente potasio en tu dieta o no retienes una cantidad suficiente de dicho potasio, se puede acumular demasiado sodio en la sangre. Estrés. Los niveles altos de estrés pueden provocar un aumento temporal de la presión arterial. Si comes de más, consumes tabaco o tomas alcohol, puede que solo aumenten los problemas con la presión arterial alta. Ciertas afecciones crónicas. Ciertas enfermedades crónicas también pueden aumentar tu riesgo de presión arterial alta, como la enfermedad renal, la diabetes y la apnea del sueño. Aunque la presión arterial alta es más común en los adultos, los niños también pueden estar en riesgo. Para un número de
Osteoporosis

Descripción general La osteoporosis es una enfermedad sistémica, metabólica y multifactorial, caracterizada por masa ósea baja y deterioro micro arquitectónico del hueso, con un consecuente aumento de la fragilidad ósea y susceptibilidad a las fracturas. Es el tipo de enfermedad ósea más común. El hueso es tejido vivo que se descompone y reemplaza constantemente. Siempre que su cuerpo tenga un buen equilibrio de hueso nuevo y viejo, sus huesos se mantendrán saludables y fuertes. Su cuerpo necesita los minerales calcio y fosfato para formar y mantener huesos saludables. La osteoporosis ocurre cuando la generación de hueso nuevo es más lenta que la pérdida de hueso viejo. Una buena nutrición, con una ingesta adecuada de calcio y vitamina D, ciclos menstruales regulares y un programa de ejercicio bien equilibrado son elementos esenciales para lograr la masa ósea máxima. La osteoporosis hace que los huesos se debiliten y se vuelvan quebradizos, en tal medida que una caída, pueden causar una fractura, es decir, aumenta el riesgo de romperse un hueso. Las fracturas relacionadas con la osteoporosis ocurren con mayor frecuencia en la cadera, la muñeca o la columna vertebral. Aproximadamente una mitad de todas las mujeres mayores de 50 años tendrá una fractura de cadera, de muñeca o de vértebras (huesos de la columna) durante su vida. Las fracturas de columna son las más comunes. Síntomas Típicamente, las etapas iniciales de la disminución de la masa ósea no presentan síntomas. Pero una vez que la osteoporosis debilita tus huesos, podrías tener signos y síntomas que incluyen los siguientes: Dolor de espalda, provocado por una vértebra fracturada o aplastada. Pérdida de estatura con el tiempo. Una postura encorvada. Un hueso que se rompe mucho más fácilmente de lo esperado, provoca dolor intenso. Factores de riesgo Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a desarrollar osteoporosis que los hombres. La edad. Cuanto mayor sea tu edad, mayor será el riesgo de osteoporosis. Raza. Tienes mayor riesgo de padecer osteoporosis si eres blanco o de ascendencia asiática. Antecedentes familiares. Tener un padre, madre o hermano con osteoporosis te pone en mayor riesgo, especialmente si tu madre o padre sufrieron fractura de cadera. Tamaño del cuerpo. Los hombres y las mujeres que tienen estructuras corporales pequeñas tienden a correr un riesgo más alto, debido a que podrían tener menos masa ósea para utilizar a medida que envejecen. Hormonas sexuales. Los niveles bajos de hormonas sexuales tienden a debilitar los huesos. La reducción de los niveles de estrógeno en las mujeres menopáusicas es uno de los mayores factores de riesgo para la osteoporosis. Problemas de tiroides. Los niveles altos de hormona tiroidea pueden causar osteoporosis. Estar postrado en una cama debido a una enfermedad prolongada, puede afectar principalmente los huesos de niños, que en edad adulta podrían reflejar afectaciones de esta enfermedad. Las personas que pasan mucho tiempo sentadas tienen un mayor riesgo de presentar osteoporosis que las personas más activas, es decir hay que evitar el estilo de vida sedentario. El consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo aumentan el riesgo de osteoporosis. Factores alimenticios Los trastornos de la alimentación, con una dieta baja en calcio contribuye a la disminución de la densidad ósea, la pérdida ósea temprana y un mayor riesgo de fracturas. La cirugía gastrointestinal para reducir el tamaño del estómago o para extirpar parte del intestino limita la cantidad de superficie disponible para absorber nutrientes, incluido el calcio. El uso a largo plazo de medicamentos corticosteroides orales o inyectados, como la prednisona y la cortisona, interfiere en el proceso de reconstrucción ósea. El riesgo de osteoporosis es mayor en personas que tienen ciertos problemas médicos, que incluyen los siguientes: Celiaquía. Enfermedad inflamatoria intestinal. Enfermedad renal o hepática. Cáncer. Lupus. Mieloma múltiple. Artritis reumatoide. Complicaciones Las fracturas óseas, particularmente en la columna vertebral o la cadera, son las complicaciones más graves de la osteoporosis. Prevención Pesar menos de lo debido aumenta la posibilidad de pérdida de hueso y fracturas. mantener un peso corporal adecuado es bueno para los huesos, al igual que para la salud en general. Es conveniente que hables con el médico sobre la osteoporosis si tuviste una menopausia temprana o si tomaste corticoesteroides durante varios meses seguidos, o si cualquiera de tus padres sufrió una fractura de cadera. Los hombres y mujeres que tienen entre 18 y 50 años necesitan 0,03 onzas (1000 miligramos) de calcio al día. Esta cantidad diaria aumenta a 1200 miligramos cuando las mujeres cumplen los 50 años y los hombres, los 70. Las buenas fuentes de calcio incluyen las siguientes: Productos lácteos bajos en grasa. Vegetales de hoja verde oscuro. Salmón enlatado o sardinas. Productos de soya como el queso de soya tofu. Cereales fortificados con calcio y jugo de naranja. Vitamina D. Consejos para tener huesos sanos. Las personas pueden obtener parte de su vitamina D gracias a la luz solar (es saludable que tengamos contacto con el sol, siempre tomando las medidas de protección necesarias). Hacer cambios al estilo de vida, como cambiar su dieta y rutina de ejercicio. Aliméntate sanamente, consume alimentos ricos en calcio. El ejercicio puede ayudarte a fortalecer los huesos y retardar la pérdida ósea. Combina ejercicios de entrenamiento de fuerza con ejercicios de levantamiento de pesas y de equilibrio. El entrenamiento de fuerza ayuda a fortalecer los músculos y los huesos de los brazos y la parte superior de la columna vertebral. Los ejercicios de soporte de peso, como caminar, trotar, correr, subir escaleras, saltar una soga, hacer esquí y practicar deportes de impacto, ayudan principalmente a los huesos de las piernas, las caderas y la parte baja de la columna vertebral. Si tienes mas de 40 años consulta a tu médico para que te haga una evaluación de tu estado de salud ósea. FUENTE: Mayo Clinic